Monterrey.- La historia del Clásico ya reservó un lugar para el novato felino Francisco Acuña, el revulsivo del partido al participar en tres goles, anotar uno y provocar la expulsión de Carlos Ochoa.
Y en gran parte a la inspiración de su juvenil delantero, Tigres habló en la cancha y humilló por 4-1 al Monterrey, hundido en una severa crisis de identidad futbolística, más allá de que suma seis partidos sin ganar.
El equipo felino mantuvo la paternidad sobre el plantel rayado al sumar su triunfo 33 en el duelo fraternal y décimo en el estadio Tecnológico., además de acumular tres triunfos consecutivos en el derby.
La escuadra universitaria ligó su segunda victoria en fila en la Liga y se afianzó como tercer lugar general con 21 puntos, ya con rumbo a la Liguilla, y dejó a La Pandilla virtualmente eliminada de la Fiesta Grande y con problemas de descenso.
Ricardo Lavolpe habló mucho y su equipo no jugó a nada. Quizá hoy vaya de compras a Laredo para no
aburrirse con Manuel Lapuente y el futbol desplegado por el plantel felino, que hoy lo humilló en la cancha y dejó herida
a la afición rayada.
Nada para nadie
Como era de
suponerse, en un Clásico lo que sobra es marcaje y la falta de libertad para hacer daño predominó en el primer lapso de un
juego trabado, de mucho contacto físico, pero sin riesgo en las porterías.
Los equipos entendieron muy bien que el duelo no debe perderse y, al menos en el inicio, ni Suazo ni Borgetti, por La Pandilla, ni Lobos y Aguilar, por el conjunto felino, tuvieron chances para inquietar.
Para mala fortuna del Monterrey, Luis Pérez salió por lesión apenas a los 16 minutos, en una baja sensible para el anfitrión, porque si bien su relevo, Chícharo González, puso voluntad, no tiene el desequilibrio de Lucho.
Y si es difícil dirigir en la banca, lo es más desde la tribuna, y el equipo albiazul se quedó sin técnico por la expulsión de Lavolpe y su auxiliar Flavio Davino, por discutir decisiones arbitrales.
Chupete, hay que señalarlo, jugó tiempo extra porque se salvó de la expulsión al hacerle el
famoso corte de manga al silbante.
¿Tiros al arco?
El
primer tiempo fue un día de campo para Christian Martínez y El Conejo Pérez, prácticamente de turistas en la bien cuidada
cancha del Tecnológico. Las únicas opciones fue una pelota que Basanta no controló en el área felina y un disparo de Ayala
que Christian atajó abajo.
Acuña revoluciona a Tigres
La
historia tiene reservado un lugar para los héroes: ayer separó un sitio para el novato debutante Francisco Acuña, quien saltó
de la banca para revolucionar a Tigres y fincar la humillación rayada en el Tec.
El juvenil, de 19 años, salió del anonimato para convertirse en la figura y requirió de 30 minutos para provocar tres goles y el suyo, además de la expulsión de Ochoa. Pero antes de ataviarse con la camiseta de chico sensación, Ochoa adelantó por 1-0 al equipo albiazul, con un tiro cruzado que dejó estático al Conejo, a gran pase filtrado de Suazo, en el 74’.
Cuatro minutos después, el mata-rayados José Palma Rivas aprovechó el rechace defensivo a tiro de Acuña para vulnerar el arco albiazul, con disparo de zurda y logró el 1-1 felino.
Acuña siguió descarado y fue derribado dentro del área por Choy, en un claro penal que decretó Chacón. Lobos ejecutó impecable a la izquierda de Martínez, quien se lanzó al lado contrario, y adelantó por 2-1 a Tigres.
El chamaco alzó la inspiración y provocó la expulsión de un desesperado Ochoa. En la jugada, Lobos cobró magistral el tiro libre y dejó la pelota quieta en el ángulo superior izquierdo rayado y marcó el 3-1 felino.
Ya en tiempo de reposición, Rivas peleó a muerte un balón por izquierda, tiró diagonal y Basanta hizo confianza, y el balón cayó para Acuña, exacto para resolver de media vuelta y sellar el 4-1 del equipo universitario.
Monterrey no ofreció resistencia, su técnico jugó fuera de la cancha con declaraciones y al final fue silenciado con una histórica humillación.
Lavolpe entendió que es preferible hablar dentro que fuera. Tigres le gritó cuatro veces en su cara y la afición rayada salió muy lastimada. El 4-1 tardará en sanar, contigo o sin ti.
Si vas hoy a Laredo, te encargo un dulce para la amargura de tu afición…
Un gran juego...
Lucas Lobos anotó dos goles y fue clave en el triunfo de los felinos
ante los albiazules.